martes, 15 de septiembre de 2015

Izamal, pueblo mágico

Ya pasaron dos meses de nuestro viaje a Yucatán y aún lo sigo recordando. Me quedé en que como no pudimos continuar nuestro recorrido en Chichen Itzá debido a la lluvia, decidimos ir a Izamal.

 Regresamos rumbo a Mérida, pero ya no por la autopista sino por la carretera libre, la cual me parece que está en buenas condiciones, claro es más angosta, pero hay más cosas que ver por la orilla de la carretera. Si hubiéramos llevado más tiempo y conociéramos bien los caminos, creo que nos habríamos detenido en algunas poblaciones. Me quedé con las ganas de tomar algunas fotos.

Cuando íbamos de regreso a Mérida solo seguimos los letreros que indicaran el rumbo hacia Izamal. La referencia que teníamos es que se trata de un pueblo mágico pintado de amarillo; con esta imagen nos recibió Izamal: 


Éste es Fray Diego de Landa, un personaje polémico en la historia de Yucatán debido a sus agresivas prácticas para convertir a los mayas al catolicismo. En estos intentos quemó algunos códices mayas. Se dice que después se arrepintió y por eso escribió la "Relación de las cosas de Yucatán"


Este es el convento de Izamal, levantado sobre las ruinas de un templo maya.



El convento tiene el segundo atrio más grande del mundo.



La parte trasera del convento:


Todas las fachadas de las casas y edificios en general están pintadas de amarillo. En cualquier calle por donde camines habrá un lugar que llame la atención fotografiar.









Un triciclo que va muy de acuerdo a la región:


Nunca me imaginé que en Izamal me iba a encontrar con un recuerdo de mi infancia. El nombre "Ricardo López Méndez" me hace recordar la casa de la familia materna en mi ciudad de origen. Aquí descubrí quién fue Ricardo López Méndez.


Regresamos a Mérida en la tarde-noche; pasamos un momento por la plaza principal porque nos íbamos a encontrar con un familiar. Una de las calles principales ya estaba cerrada y ya estaban preparadas las gradas para los eventos que se realizan los viernes en la noche, pero no pudimos quedarnos a verlo.








Tito

Mi Tito ya está viejito, ya tiene 8 años. Sigue con su carácter huraño y siempre a la defensiva. "¿Quién te hizo tanto daño, Tito?"...