Desafortunadamente no lo pude disfrutar como hubiera querido ya que tuvimos varios imprevistos antes de llegar a él.
Primero, no me sentía que fuera el día indicado, además me parecía que era ya tarde para salir de la ciudad (2 o 3 de la tarde); otra cosa que hay que agregar es que no estaba en mi itinerario.
Yo no tenía idea de dónde estaba y la persona que nos iba guiando tampoco. Nos perdimos un poco antes de poder llegar.
Digamos que el camino desde la carretera principal hasta el cenote no tiene la mejor infraestructura, por una parte está bien porque quiere decir que no es muy turístico pero por la otra me hacía sentir con miedo de no saber dónde estaba y si nos podrían auxiliar en caso de alguna emergencia.
Cuando llegamos al lugar vimos que si había más personas, eso me hizo sentir más tranquila, pero también tiene su parte negativa porque el agua estaba un poco "revuelta" y, comparando con las fotos de la red, supongo que cuando no hay tanta gente el lugar se puede apreciar mejor.
Ya estando ahí me dediqué a observar la flora y la fauna del lugar. Carlos si nadó un rato en el cenote.
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