Los colores del mar son asombrosos, tantas tonalidades de azul. Y lo que más me gustó es que no había tanta gente a pesar de que eran vacaciones de verano.
Creo que si volviera a ir a Yucatán podría ser exclusivamente a Sisal.
Probando una "champola" en Sisal.
En la carretera de Mérida a Sisal y luego a Celestún observamos que las casas tienen en común este tipo de techos:
Un árbol muy común por los caminos.
Las señoras con su vestimenta típica: el hipil.
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