Una amiga me dijo que el gato de su familia había preñado a una gata de una vecina y que por lo tanto tenía que ayudar a la vecina, dueña de la gata, a buscar familia para las crías. Me dijo que uno de los gatitos estaba hermoso y que era ideal para mí. Que de cualquier modo, si yo no lo adoptaba, seguramente ella se quedaría con él, porque estaba muy bonito.
A mediados de julio la acompañé a visitar a la vecina y ahí conocí a Lucas. Efectivamente, era un gatito muy bello, de pelo largo. Los gatos de pelo largo son mis preferidos, pero ninguno de los tres que ya tenía en casa eran de pelo largo. Y pues pensé: "uno más, qué más da"
Estaba tan bonito que hasta a mi mamá le gustó, y eso que ella no quiere mucho a los gatos. Cuando lo llevé a la casa, Tito estaba casi recién llegado y Mitch de por sí ya estaba celoso de él, así que a Lucas tampoco lo recibió con mucha amabilidad que digamos.
Desde el principio el carácter de Lucas fue muy diferente al de Tito. Mientras que Tito estaba todo tenso y desconfiado, Lucas rápidamente entró en confianza.
Cuando comenzaron a crecer, Mitch era el gato dominante y Lucas y Tito el blanco de sus agresiones, pero unos meses antes de que muriera Mitch, Lucas parecía que era el nuevo dominante y pues le gusta molestar a Tito.
Durante casi tres años no se me había enfermado para nada. Hasta se me hacía raro y comentaba eso con la vet. Pero hace dos meses se le infló la oreja y tuvieron que hacerle cirugía. Después de la cirugía no la pasó muy bien, tuvo mucha fiebre y comenzó a tener comportamientos que no eran comunes en él.
Pensé que iba a morir. Se veía que se sentía muy mal. Creo que hasta Tito extrañaba sus agresiones. Unos días después comenzó a mejorar y volvió a ser el mismo de antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario