Después de muchos meses, anoche regresé al Paseo Santa Lucía. Ya era tarde y casi no había gente.
Cruzamos unos cuantos metros hacia el Parque Fundidora; pensé que ya no nos dejarían entrar, pero sí se pudo.
Mi Tito ya está viejito, ya tiene 8 años. Sigue con su carácter huraño y siempre a la defensiva. "¿Quién te hizo tanto daño, Tito?"...
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