jueves, 2 de mayo de 2019

Yet, I will rejoice


Hace un año me sentía como si estuviera esperando algo que no iba a suceder. Hace un año sentía que tenía que respirar profundo antes de hablar porque sabía que si no lo hacía, lloraría.


Yo misma intentaba decirme: respira hondo y sigue... pero todo lo que estaba pasando me parecía tan injusto.



Hay unos textos bíblicos que están en el libro de Habacuc que reflejan cómo me sentía en ese momento:

"¿Hasta cuándo, Señor,  he de pedirte ayuda sin que tú me escuches?
¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves?
¿Por qué me haces presenciar calamidades?
¿Por qué debo contemplar el sufrimiento?
Veo ante mis ojos destrucción y violencia; surgen riñas y abundan las contiendas.
Por lo tanto, se entorpece la ley y no se da curso a la justicia.
El impío acosa al justo y las sentencias que se dictan son injustas."

(Sin embargo) "Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos:
AÚN ASÍ YO ME REGOCIJARÉ EN EL SEÑOR, 
¡me alegraré en Dios mi libertador!

El Señor omnipotente es mi fuerza..."


Ahora, un año después, me sigue pareciendo injusto...y creo que aún se me sale alguna lágrima al recordarlo. Sin embargo, creo entender por qué tuvo que pasar así.

Si no hubiera vivido esa experiencia no habría tomado algunas decisiones que tomé unos meses después y no me hubiera dado cuenta de ciertas cosas.

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