jueves, 18 de abril de 2019

Un viaje al pasado en la casa de los abuelos

Los primeros 8 años de mi vida viví en el mismo lugar donde nací. Es una ciudad diferente a donde  crecí y vivo actualmente. En esos primeros años de mi vida estuve cerca de la casa de mis abuelos, tanto maternos como paternos.

Ambas casas las recuerdo con grandes terrenos donde jugaba con mis primos (aunque la casa paterna era más grande y colindaba con la parcela). Las casas de mis abuelos también tenían otras cosas en común como los gallineros, el lugar donde estaban los cerditos que criaban; las plantas de mis abuelas sembradas en recipientes que tuvieran a la mano, etc.

En los últimos dos años he regresado a la casa paterna en un par de ocasiones y al explorarla me he encontrado con rincones y objetos que me hacen recordar mi infancia al visitar a mis abuelos.

Estas canastillas me gustaban mucho; las usaba mi abuelita cuando iba al gallinero a recolectar algunos huevos de las gallinas:


Durante muchos años he visto esta jaula abandonada ahí entre los triques y siempre se me antoja hacer con ella una composición con plantas suculentas:


Este artefacto se encuentra en el patio de la casa, creo que es una especie de molino:


Los jardines de antes, los de nuestras abuelas, quizá no eran tan estéticos como los de ahora, pero eran funcionales y sustentables... por ejemplo, reutilizaban las ollas despostilladas y las convertían en macetas.


Caminando hacia el gallinero se pueden ver estos vestigios de lo que fue una bicicleta, y creo que desde que yo era niña ya tenían fierros colgados en la pared del gallinero:




Caminando hacia "el fondo" de los terrenos de la casa de los abuelos estaban los columpios y una resbaladilla. Ahora el columpio ya está roto y la resbaladilla la movieron de lugar; ya está oxidada, no creo que funcione ya. 



También había una pileta que era para enjuagar las verduras, pero en ocasiones los niños la usábamos como alberca. ¡Ahora la veo tan pequeña! no puedo creer que ahí cabíamos tres o cuatro primos. Recientemente le hicieron algunos arreglos pues los años ya le habían pasado factura.




También "en el fondo" de los terrenos se encuentra esta casita que siempre lució así como ahora, abandonada, pues creo que sólo se usaba como bodega:

Creo que ahí se podrían encontrar cosas como ésta:


También si seguíamos (o seguimos) caminando por "el fondo", podíamos encontrarnos algunas láminas oxidadas, lo que podría implicar alguna raspadura o un olor a fierro viejo en las manos al tener contacto con ellas. 

Sin embargo, a veces te encontrabas con sorpresas como este estropajo (luffa sponge):


He editado esta entrada pues cuando la compartí a mi familia me hicieron recordar otros detalles que no había incluído, como por ejemplo que "en el fondo" también había un lugar para los caballos. Si no me equivoco eran dos caballos, y tenían un techito donde estaba la pastura con la que se alimentaban.

Estaban en el área de los cuatro árboles de mango que se ven en la siguiente foto:


También me recordaron que olvidé mencionar la noria. Aún no tengo foto de ella, creo que siempre me ha dado un poco de miedo acercarme y más en estos tiempos que pienso que ya hace mucho que no se le ha dado mantenimiento.




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Tito

Mi Tito ya está viejito, ya tiene 8 años. Sigue con su carácter huraño y siempre a la defensiva. "¿Quién te hizo tanto daño, Tito?"...